Ha llegado el Lunes, nunca deja de hacerlo tras seguir al Domingo. Comienza a hacerse notar tras la marcha del sol, cuando escucho de mis labios la frase que cuando era pequeña siempre temía oír de boca de mi madre-¨es hora de irse a la ducha, mañana hay cole¨-. Cuanto me dolían esas palabras que me recordaban que una semana más vería muy poco a mis padres y tendría que esperar pacientemente a que llegara el Viernes para salir del colegio con ellos y marcharnos a nuestra casa del Burguillo, para poder ser una verdadera familia. Anoche, sin ir más lejos me pare a pensar, mientras mandaba a mi hija pequeña a la ducha, qué significaría para ella el fin del fin de semana. La verdad es que ella nos tiene tanto a su padre como a mí siempre a su lado, de manera que estoy segura que el significado de aquella frase que se ha convertido en la de hoy, para ella es muy diferente. La verdad es que han cambiado tanto las cosas desde que yo tenía la edad de mi hija, que lo único que mantiene su verdadero sabor sigue siendo ese momento del fin de semana en que mirando a derecha y a izquierda , sentada en la mesa del comedor, hago recuento y veo a todos mis hijos alrededor llenos de cosas que compartir y contar .Entonces llegan a mi mente recuerdos de los desayunos del fin de semana que terminaba cerca de las doce de la mañana, ya que todos queríamos hablar y hablar.Lo mismo se repetía a la hora de la comida y de la cena... Ese sentir no ha cambiado...hoy también quedamos algunos a los que nos sigue llenando el espíritu...el rescoldo de aquel fuego que en su día supieron crear nuestros padres. Hemos recogido su testigo en una sociedad que nos mira como seres extraños y raros¨por seguir hablando y sintiendo la importancia suprema de LA FAMILIA. No nos vamos a dejar ganar por la necedad de los que entienden que la vida cuanto más fácil más feliz...nosotros pensamos que cuanto más llena de cosas pequeñas por las que luchar, más profunda, más de verdad y sobre todo más llena de AMOR.